Esta es una impresionante réplica del castillo ambulante de Howl (ハウルの動く城) hecha en cerámica mediante la técnica raku-yaki (楽焼). Esta es la misma técnica que se usa para hacer las vasijas utilizadas en la ceremonia del té o sadō (茶道).
La técnica se basa en meter la pieza 2 veces al calor: una de ellas para secar la cerámica y otra para realizar una reducción de oxígeno. La clave está en esa reducción donde se prenden fuego los trozos madera, papeles de periódico u hojas secas que se colocan debajo de la pieza y así el carbono del humo pasa a la cerámica. Para dar ese look “steampunk” se usan esmaltes óxidos que proporcionan parte del oxígeno a la combustión y al perderlo queda solo el metal en sí mismo. Los cambios de temperatura hacen que muchas veces las piezas se rompan, pero los ceramistas japoneses unen las piezas dejando a la vista las cicatrices. En este caso comentan que increiblemente no se rompió nada por culpa del calor, tan solo una pequeña pieza al cubrir la figura en el momento de la reducción, que posteriormente fué pegado. Aquí se ve el momento más delicado del proceso:
Para haceros una idea del tamaño.
Como curiosidad el castillo original y otro hecho en origami.
Fuente: Craftzine.